lunes, 30 de noviembre de 2009

7. ADVIENTO 2009: PRIMERA SEMANA: LA ESPERANZA

La Corona de Adviento

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
MONITOR/A: La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica.
La corona está formada por una gran variedad de símbolos: Hoy, primer domingo, destacamos las ramas verdes: Verde es el color de esperanza. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. Además es una invitación a avivar nuestra esperanza de ser mejores y de unirnos más entre nosotros.
SACERDOTE: Al comenzar este nuevo Año Litúrgico, vamos a bendecir, como co-munidad cristiana, esta CORONA con que inauguramos también el tiempo de Ad-viento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la LUZ DEL MUNDO.

Señor Dios bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.


EVANGELIO DEL PRIMER DOMINGO 
(Jer 33,14-16; 1 Tes 3,12-4,2; Lc 21,25-28.34-36)


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneos en pie ante el Hijo del hombre.

PARA PENSAR DURANTE LA SEMANA: ¿Qué miedos me atenazan? ¿Jesucristo genera en mí esperanza? ¿Qué esperanza tiene Jesucristo depositada en mí?

CANCIÓN PARA LA SEMANA: Color esperanza de Diego Torres
La clave de la esperanza está –como dice Diego Torres- en “saber que se puede y querer que se pueda”





PELÍCULA DE LA SEMANA: La vida es bella de Roberto Benigni
Esta película es un canto a la esperanza en los buenos y en los malos momentos que trae consigo la vida.



PRESENCIA DE MARÍA: Novena de la Inmaculada

A continuación ofrecemos los textos para Novena que vamos a utilizar en la Parroquia durante estos días


HIMNO PARA TODOS LOS DÍAS


Tú eres toda hermosa, ¡oh Madre del Señor! Tú eres de Dios gloria, la obra de su amor. ¡Nuestra Señora!, la obra de su amor.

Pureza inmaculada, espejo del Señor, ¡oh fuente de la gracia!, unida al Redentor. ¡Nuestra Señora!, unida al Redentor.

Infunde en nuestro pecho la fuerza de tu amor, feliz Madre del Verbo, custodia del Señor. ¡Nuestra Señora!, custodia del Señor.

Dichosa por los siglos, los pueblos te dirán: “Tú fuiste del Dios vivo la aurora celestial”. ¡Nuestra Señora!, la aurora celestial.

REFLEXIÓN Y MEDITACIÓN PARA CADA DÍA

 

MAGNIFICAT

Orar con el Magnificat significa mirar la vida y la historia con los ojos de María
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres a favor de Abraham y su descendencia para siempre.

ORACIÓN FINAL

1)   Concédenos, Padre, permanecer siempre vigilantes a imitación de la Virgen María Inmaculada para que, teniendo encendidas nuestras pequeñas lámparas, permanezcamos en oración y pongamos un poco de luz en las situaciones de oscuridad que hay a nuestro alrededor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2)  Oh Dios, concédenos que, venerando los misterios de tu Hijo en el santo Rosario de la Virgen María, imitemos aquello que contienen y obtengamos aquello que prometen. Por Jesucristo nuestro Señor.

1) Día primero: El Dios que conoció María

Misterio gozoso (1º): La Anunciación
* Texto de la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae de Juan Pablo II (desde ahora RVM): Ante cada misterio del Hijo, Ella nos invita, como en su Anunciación, a presentar con humildad los interrogantes que conducen a la luz, para concluir siempre con la obediencia de la fe: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38) (n.14).
* Texto bíblico: Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lc 1, 26-30).
* Posibles ideas:
o   Alégrate. Dios nos trae la alegría. ¿Estamos alegres? ¿Qué nos entristece?
o   Llena de gracia: agraciada, afortunada. ¿Me siento afortunado/a por ser cristiano/a o lo vivo como una carga?
o   El Señor está contigo: ¿Percibo la cercanía de Dios: el Enmanuel (Dios-con-nosotros)? ¿La busco?

2) Día segundo: María, pronta para el servicio
Misterio gozoso (2º): La visitación
* Texto de RVM: El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen «saltar de alegría» a Juan (n.20).
* Texto bíblico: Se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno... María se quedó cerca de tres meses con Isabel, y después volvió a su casa (Lc 1,39-41.56).
* Posibles ideas:
o   Aunque María acababa de recibir la noticia de que iba ser la madre del Mesías, se pone en camino para ayudar a su prima Isabel que la necesitaba. ¿Somos partidarios de que cada uno se arregle sus propios problemas o estamos prontos para ayudar en lo que podamos?
o   ¿Cómo puedo yo vivir la actitud de servicio en mi familia, en el trabajo, en la parroquia...?
o   María, que llevaba en su seno a Jesús, fue con su presencia causa de una gran alegría para Isabel. ¿Qué dejamos a nuestro paso: alegría o malestar?

3) Día tercero: María y José no entienden a su hijo
Misterio gozoso (5º): Pérdida de Jesús en el templo
* Texto de RVM: La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y angustiados, «no comprendieron» sus palabras (n.20).
Mirando la casa de Nazaret se percata de la verdad originaria de la familia según el designio de Dios (n.25).
* Texto bíblico: Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres... Al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron... Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón (Lc 2, 41-51).
* Posibles ideas:
o   Entre Jesús y sus padres se produce un “desencuentro” (no se entienden) con la consiguiente desazón. José y María ponen todo de su parte: buscan a su hijo hasta que le encuentran, dialogan con él y tratan de ir comprendiendo poco a poco lo sucedido. ¿Cómo nos comportamos en los momentos de “desencuentro generacional” a nivel familiar o social? ¿Qué “puentes” tendemos para intentar resolver los conflictos?
o   ¿Qué papel damos al Señor en nuestra vida familiar? ¿Estamos de acuerdo en que “La familia que reza unida, permanece unida” y que “contemplando a Jesús, cada uno de sus miembros recupera también la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicar, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor renovado por el Espíritu de Dios” (n.41)?
o   ¿Es posible pensar en recuperar el rosario en familia? ¿Es muy idealista lo afirmado por Juan Pablo II: “La familia que reza unida el Rosario reproduce un poco el clima de la casa de Nazaret: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino” (n.41)?

4) Día cuarto: María, una manera de vivir
Misterio luminoso (2º): La boda de Caná
* Texto de RVM: Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente (n.21).
La revelación, que en el Bautismo en el Jordán proviene directamente del Padre y ha resonado en el Bautista, aparece también en labios de María en Caná y se convierte en su gran invitación materna dirigida a la Iglesia de todos los tiempos: «Haced lo que él os diga» (n.21).
* Texto bíblico: Como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga» (Jn 2,3-5).
* Posibles ideas:
o   María participa festivamente de una boda pero está atenta a lo que pasa a su alrededor de tal manera que cuando descubre una necesidad actúa. ¿Cómo? No: buscando culpables, ni haciéndose la protagonista, ni quedándose en meras lamentaciones, ni quedándose en una declaración de lo que se podría hacer pero sin comprometerse. Ella hace lo que está en su mano. ¿Cuál suele ser nuestra actitud cuando algo o alguien no funciona?
o   María confía en su hijo Jesús aún cuando este parece no hacerle ningún caso en lo que le pide. ¿Cómo actuamos cuando nos da la impresión de que Dios no nos escucha?
o   La gran propuesta de María es que hagamos siempre lo que Cristo nos diga. ¿Buscamos descubrir el proyecto de Jesús sobre cada uno de nosotros?

5) Día quinto: Jesús ante el miedo al sufrimiento
Misterio doloroso (1º): La oración de Jesús en Getsemaní
* Texto de RVM: Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya» (n.22).
* Texto bíblico: Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad». Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú». Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar? Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil» (Mc 14,33-38).
* Posibles ideas:
o   Dios, en Jesucristo, participa de nuestros miedos ante el dolor, el sufrimiento y la muerte. ¿Le sentimos cercano en los momentos difíciles por la enfermedad, la vejez (con sus limitaciones físicas, psicológicas y sociales) o el sufrimiento por cualquier causa?
o   En esos momentos de radical debilidad, Jesús no corta su diálogo con el Padre. Nosotros, ¿cómo actuamos cuando nos sentimos fatal?
o   A pesar de la angustia, Jesús no perdió la confianza en su Padre. ¿Sabemos orar como Él pidiéndole al Padre no solo que pase de nosotros el sufrimiento sino también, y sobre todo, poniéndonos con confianza en sus manos?

6) Día sexto: Jesús y la cruz
Misterio doloroso (4º): Jesús con la cruz a cuestas
* Texto de RVM: Los misterios de dolor llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora (n.22).
¿Cómo contemplar a Cristo cargado con la cruz y crucificado, sin sentir la necesidad de hacerse sus «cireneos» en cada hermano aquejado por el dolor u oprimido por la desesperación? (n.40).
* Texto bíblico: Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús (Lc 23,26).
* Posibles ideas:
o   Jesús tomó la cruz camino del Calvario. ¿Somos conscientes que no se puede ser un verdadero discípulo suyo sin cargar con la propia cruz (lo que no entra en nuestros gustos) y seguirle? ¿Consideramos la cruz como un escándalo y una necedad o intuimos que puede esconder algo realmente valioso (cf. 1 Cor 1,8)?
o   No la llevó con “haciendo fiesta” sino como pudo (caídas incluidas). ¿Nos extrañamos que nos cueste llevar la cruz y que a veces nos pese demasiado?
o   El cirineo, aunque obligado, ayudó a llevar la cruz a Jesús. ¿Asumimos las cruces que nos vienen sin haberlas buscado: en el matrimonio y la familia, en el trabajo...? ¿Sabemos estar cerca de los que sufren por la enfermedad, los problemas familiares, la emigración, la falta de trabajo...?

7) Día sétimo: La paz y la alegría del Resucitado
Misterio glorioso (1º): La resurrección de Jesús
* Texto de RVM: El Rosario ejerce sobre el orante una acción pacificadora que lo dispone a recibir y experimentar en la profundidad de su ser, y a difundir a su alrededor, paz verdadera, que es un don especial del Resucitado (n.40).
Contemplando al Resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia fe (cf. 1 Co 15, 14), y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo se manifestó –los Apóstoles, la Magdalena, los discípulos de Emaús–, sino también el gozo de María, que experimentó de modo intenso la nueva vida del Hijo glorificado (n.23).
* Texto bíblico: Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús se presentó en medio de ellos. Les dijo: «Paz a vosotros». Estaban atónitos y asustados, pensando que veían algún espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» (Lc 24,36-41).
* Posibles ideas:
o   Uno de los grandes regalos de Jesús resucitado es la paz. ¿Procuro ser instrumento de esa paz en mi vida diaria? ¿Qué me dificulta vivir en paz y transmitir paz?
o   ¿Contamos con Dios a la hora de trabajar por la paz sabiendo que “sólo una intervención de lo Alto, capaz de orientar los corazones de quienes viven situaciones conflictiva” (n.40)?
o   La presencia del Resucitado llenó de alegría a los discípulos. ¿Y a nosotros? ¿Estamos de acuerdo con que un santo triste es un triste santo? 

8) Día octavo: El Espíritu de Dios nos vivifica
Misterio glorioso (3º): La venida del Espíritu Santo
* Texto de RVM: El Rosario considera, en el tercer misterio glorioso, Pentecostés, que muestra el rostro de la Iglesia como una familia reunida con María, avivada por la efusión impetuosa del Espíritu y dispuesta para la misión evangelizadora (n.23).
* Texto bíblico: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar... Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos. Y quedaron llenos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, según el Espíritu les concedía expresarse (Hech 2,1-4).
* Posibles ideas:
o   El Espíritu renovó por dentro a los discípulos y a María empujándoles a hablar un lenguaje que todos entendían: el lenguaje del amor.
o   ¿Soy consciente de que el Espíritu también quiere actuar en mí? ¿Le dejo crecer al amor que ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu (cf Rom 5,5)?
o   María es una mujer que no sólo concibió a su hijo Jesús por obra del Espíritu Santo sino que hizo presentes cotidianamente los frutos del Espíritu: alegría, amor, paz, bondad, comprensión, generosidad, confianza, paciencia y dominio de sí (cf. Ga 5,22-23). ¿Qué frutos son los que producimos en nuestra vida cotidiana?

9) Día noveno: María Inmaculada: reina y madre nuestra
Misterio glorioso (5º): Coronación de la Virgen María

* Texto de RVM: La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón del Hijo (n.16).
Contemplando a Cristo y a su Madre en la gloria, ve la meta a la que cada uno de nosotros está llamado, si se deja sanar y transfigurar por el Espíritu Santo (n.25).
¿Cómo se podría, en fin, contemplar la gloria de Cristo resucitado y a María coronada como Reina, sin sentir el deseo de hacer este mundo más hermoso, más justo, más cercano al proyecto de Dios? (n.40).
* Texto bíblico: Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz (Ap 12,1-2).
* Posibles ideas:
o   En María contemplamos la meta de nuestro peregrinar por esta tierra. Estamos llamados a vivir eternamente en la casa del Padre, donde Jesús y María nos tienen preparada una estancia (cf. Jn 14,3). ¿De verdad vivimos con esta esperanza? ¿Consistirá la muerte en “pasar una puerta a la deriva y encontrar al que tanto se buscaba” (J.L. Martín Descalzo?
o   Mientras llega este momento, María continúa incansable su labor materna. Nos mira y cuida con el cariño y la preocupación propios de una madre. ¿Hay en nuestras vidas un afecto especial para María?
o   María es reina y madre porque compartió afectiva y efectivamente el proyecto del reino de su hijo mientras vivió en este mundo ¿La esperanza en la vida eterna nos hace vivir despreocupados de lo que sucede en nuestro mundo o, por el contrario, nos empuja seriamente a vivir los valores del reino de Dios: el amor, el perdón, la misericordia, la gratuidad, la gratitud, la confianza...?




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sábado, 28 de noviembre de 2009

6. ADVIENTO 2009



ADVIENTO 

2009



Al comenzar un nuevo Adviento, deseamos que se robustezca nuestra esperanza para que no nos falten deseos del Señor de la Vida que vino, viene y vendrá.

ALGUNAS CANCIONES DE ADVIENTO PARA ESCUCHAR Y CON LA POSIBILIDAD DE ACOMPAÑAR LA ESCUCHA CON IMÁGENES




MusicPlaylist
¿Cómo utilizar este “chisme musical”?
Para que empiece a sonar la música y verse las imágenes hay que pinchar en (>) después de haber parado el "Ultreia musical" del margen derecho pinchando en (II) situado en la parte superior derecha.

Si se quiere dejar de escuchar la música hay que dar un clik abajo en el centro (II); para seguir escuchando la misma canción en (>); para escuchar la siguiente canción o posteriores en (>>); para escuchar alguna canción anterior en (<<).
Hay que hacer un clik arriba a la izquierda de la pantalla (<=) para seleccionar con otro click la canción deseada de la lista. Para ver las imágenes más grandes basta con hacer click en You tube (en la parte central a la derecha de la pantalla)
Puede parecer difícil pero es muy sencillo. ¡Ánimo! Déjate meter en el adviento por las imágenes y la música.

UN VIDEO CORTO PARA COMPRENDER EL SENTIDO ÚLTIMO 
DEL ADVIENTO Y NAVIDAD
 
EL PUENTE: Una historia en seis minutos para aproximarnos a la afirmación central de nuestra fe cristiana: "Tanto amó Dios al mundo que le envío a su propio hijo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna" (Jn 3,14-16)

A DESTACAR DEL ADVIENTO PARROQUIAL
·  Los sábados de Adviento tendremos especialmente presente a María (la que mejor esperó a Jesús): a las 10.30 orando con ella los laudes, a las 11 celebrando la eucaristía de su Hijo, a las 7 de la tarde contemplando los misterios del rosario y cantando la salve al final de las 7.30 de la tarde.
·  Del 30 de noviembre al 8 de diciembre: novena de la Inmaculada. Comenzará a las 7 de la tarde (no habrá el domingo día 6).
·  El sábado día 19 habrá un retiro en la Parroquia a partir de las 10.30. Una oportunidad para saborear con tranquilidad de la Buena Noticia de un Dios que nos ama hasta hacerse niño.
·  El domingo día 20 de diciembre llevaremos un pequeño belén al monte. Habrá eucaristía en la iglesia a las 10.30; al acabar iremos caminando (unos 45 minutos) hasta un montecillo de los alrededores; al llegar pondremos el belén, cantaremos algunos villancicos, compartiremos algo “comestible” que llevemos y… regresaremos a nuestros hogares para comer. ¡Animaros a participar toda la familia: padres, hijos, abuelos…!

·  El martes 22 de diciembre a las 8 de la tarde habrá una celebración del sacramento de la reconciliación para prepararnos interiormente para acoger al Dios hecho Niño en Belén. ¡Dejémonos alcanzar por el perdón sanador de Dios!


·  Este tiempo que precede a la Navidad es muy propicio para tener presentes a los más pobres (sin recursos económicos, enfermos, solos…) y compartir con ellos nuestro tiempo, nuestro dinero… Habrá una colecta especial para Caritas el tercer domingo (día 13). También podemos participar en la Campaña “compartir” entregando en la parroquia dinero o alimentos no perecederos.


·  Es época también para ir poniendo el belén en nuestros hogares (podemos ir colocando una figura cada semana: 1ª cuna; 2ª mula y buey; 3ª san José; 4ª Virgen María; Nochebuena: Niño Jesús). Se puede participar en el concurso de belenes haciendo la inscripción en la Parroquia. Se agradecería también la colaboración para poner el belén de la Parroquia.


Una última sugerencia: participar en el concurso ¿Qué te dice, transmite, contagia, sugiere la imagen de la Virgen del Contenedor? Obsérvala en la iglesia y/o en el montajillo de imágenes que tienes a continuación (puede leerse una impresión personal en la entrada tercera de este blog), escribe lo que te sugiere y envíalo al correo parroquiadelrosarioburgos@yahoo.es o entrégalo en la Parroquia




UN TEXTO PARA PROFUNDIZAR EN EL SENTIDO CRISTIANO DEL ADVIENTO


PARA VIVIR CRISTIANAMENTE EL ADVIENTO
Reflexiones de Benedicto XVI

Sentido del Adviento
El Adviento y la Navidad han experimentado un incremento de su aspecto externo y festivo profano tal que en el seno de la Iglesia surge de la fe misma una aspiración a un Adviento auténtico: la insuficiencia de ese ánimo festivo por sí sólo se deja sentir, y el objetivo de nuestras aspiraciones es el núcleo del acontecimiento, ese alimento del espíritu fuerte y consistente del que nos queda un reflejo en las palabras piadosas con que nos felicitamos las pascuas. ¿Cuál es ese núcleo de la vivencia del Adviento?
Podemos tomar como punto de partida la palabra «Adviento»; este término no significa «espera», como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega parusía, que significa «presencia», o mejor dicho, «llegada», es decir, presencia comenzada. En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor, o también del dios al que se rinde culto y que regala a sus fieles el tiempo de su parusía. Es decir, que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo. Por eso nos recuerda dos cosas: primero, que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que él ya está presente de una manera oculta; en segundo lugar, que esa presencia de Dios acaba de comenzar, aún no es total, sino que está en proceso de crecimiento y maduración. Su presencia ya ha comenzado, y somos nosotros, los creyentes, quienes, por su voluntad, hemos de hacerlo presente en el mundo. Es por medio de nuestra fe, esperanza y amor como él quiere hacer brillar la luz continuamente en la noche del mundo. De modo que las luces que encendamos en las noches oscuras de este invierno serán a la vez consuelo y advertencia: certeza consoladora de que «la luz del mundo» se ha encendido ya en la noche oscura de Belén y ha cambiado la noche del pecado humano en la noche santa del perdón divino; por otra parte, la conciencia de que esta luz solamente puede —y solamente quiere— seguir brillando si es sostenida por aquellos que, por ser cristianos, continúan a través de los tiempos la obra de Cristo. La luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a través de la luz que somos nosotros; su presencia ya iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros. Cuando en la noche santa suene una y otra vez el himno Hodie Christus natus est, debemos recordar que el inicio que se produjo en Belén ha de ser en nosotros inicio permanente, que aquella noche santa es nuevamente un «hoy» cada vez que un hombre permite que la luz del bien haga desaparecer en él las tinieblas del egoísmo (...) El niño‑Dios nace allí donde se obra por inspiración del amor del Señor, donde se hace algo más que intercambiar regalos.
Adviento significa presencia de Dios ya comenzada, pero también tan sólo comenzada. Esto implica que el cristiano no mira solamente a lo que ya ha sido y ya ha pasado, sino también a lo que está por venir. En medio de todas las desgracias del mundo tiene la certeza de que la simiente de luz sigue creciendo oculta, hasta que un día el bien triunfará definitivamente y todo le estará sometido: el día que Cristo vuelva. Sabe que la presencia de Dios, que acaba de comenzar, será un día presencia total. Y esta certeza le hace libre, le presta un apoyo definitivo.
Alegraos en el Señor
Alegraos, una vez más os lo digo: alegraos”. La alegría es fundamental en el cristianismo, que es por esencia evangelium, buena nueva. Y sin embargo es ahí donde el mundo se equivoca, y sale de la Iglesia en nombre de la alegría, pretendiendo que el cristianismo se la arrebata al hombre con todos sus preceptos y prohibiciones. Ciertamente, la alegría de Cristo no es tan fácil de ver como el placer banal que nace de cualquier diversión. Pero sería falso traducir las palabras: «Alegraos en el Señor» por estas otras: «Alegraos, pero en el Señor», como si en la segunda frase se quisiera recortar lo afirmado en la primera. Significa sencillamente «alegraos en el Señor», ya que el apóstol evidentemente cree que toda verdadera alegría está en el Señor, y que fuera de él no puede haber ninguna. Y de hecho es verdad que toda alegría que se da fuera de él o contra él no satisface, sino que, al contrario, arrastra al hombre a un remolino del que no puede estar verdaderamente contento. Por eso aquí se nos hace saber que la verdadera alegría no llega hasta que no la trae Cristo, y que de lo que se trata en nuestra vida es de aprender a ver y comprender a Cristo, el Dios de la gracia, la luz y la alegría del mundo. Pues nuestra alegría no será auténtica hasta que deje de apoyarse en cosas que pueden sernos arrebatadas y destruidas, y se fundamente en la más íntima profundidad de nuestra existencia, imposible de sernos arrebatada por fuerza alguna del mundo. Y toda pérdida externa debería hacernos avanzar un paso hacia esa intimidad y hacernos más maduros para nuestra vida auténtica.
Así se echa de ver que los dos cuadros laterales del tríptico de Adviento, Juan y María, apuntan al centro, a Cristo, desde el que son comprensibles. Celebrar el Adviento significa, dicho una vez más, despertar a la vida la presencia de Dios oculta en nosotros. Juan y María nos enseñan a hacerlo. Para ello hay que andar un camino de conversión, de alejamiento de lo visible y acercamiento a lo invisible. Andando ese camino somos capaces de ver la maravilla de la gracia y aprendemos que no hay alegría más luminosa para el hombre y para el mundo que la de la gracia, que ha aparecido en Cristo. El mundo no es un conjunto de penas y dolores, toda la angustia que exista en el mundo está amparada por una misericordia amorosa, está dominada y superada por la benevolencia, el perdón y la salvación de Dios. Quien celebre así el Adviento podrá hablar con derecho de la Navidad feliz bienaventurada y llena de gracia. Y conocerá cómo la verdad contenida en la felicitación navideña es algo mucho mayor que ese sentimiento romántico de los que la celebran como una especie de diversión de carnaval.
Estar preparados...
En el capitulo 13 que Pablo escribió a los cristianos en Roma, dice el Apóstol lo siguiente: “La noche va muy avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz. Andemos decentemente y como de día, no viviendo en comilonas y borracheras, ni en amancebamientos y libertinajes, ni en querellas y envidias, antes vestíos del Señor Jesucristo...” Según eso, Adviento significa ponerse en pie, despertar, sacudirse del sueño. ¿Qué quiere decir Pablo? Con términos como “comilonas, borracheras, amancebamientos y querellas” ha expresado claramente lo que entiende por «noche». Las comilonas nocturnas, con todos sus acompañamientos, son para él la expresión de lo que significa la noche y el sueño del hombre. Esos banquetes se convierten para San Pablo en imagen del mundo pagano en general que, viviendo de espaldas a la verdadera vocación humana, se hunde en lo material, permanece en la oscuridad sin verdad, duerme a pesar del ruido y del ajetreo. La comilona nocturna aparece como imagen de un mundo malogrado. ¿No debemos reconocer con espanto cuan frecuentemente describe Pablo de ese modo nuestro paganizado presente? Despertarse del sueño significa sublevarse contra el conformismo del mundo y de nuestra época, sacudirnos, con valor para la virtud y la fe, sueño que nos invita a desentendernos a nuestra vocación y nuestras mejor posibilidades. Tal vez las canciones del Adviento, que oímos de nuevo esta semana se tornen señales luminosas para nosotros que nos muestra el camino y nos permiten reconocer que hay una promesa más grande que la el dinero, el poder y el placer. Estar despiertos para Dios y para los demás hombres: he ahí el tipo de vigilancia a la que se refiere el Adviento, la vigilancia que descubre la luz y proporciona más claridad al mundo.
Juan el Bautista y María
Juan el Bautista y María son los dos grandes prototipos de la existencia propia del Adviento. Por eso, dominan la liturgia de ese período. ¡Fijémonos primero en Juan el Bautista! Está ante nosotros exigiendo y actuando, ejerciendo, pues, ejemplarmente la tarea masculina. Él es el que llama con todo rigor a la metanoia, a transformar nuestro modo de pensar. Quien quiera ser cristiano debe “cambiar” continuamente sus pensamientos. Nuestro punto de vista natural es, desde luego, querer afirmarnos siempre a nosotros mismos, pagar con la misma moneda, ponernos siempre en el centro. Quien quiera encontrar a Dios tiene que convertirse interiormente una y otra vez, caminar en la dirección opuesta. Todo ello se ha de extender también a nuestro modo de comprender la vida en su conjunto. Día tras día nos topamos con el mundo de lo visible. Tan violentamente penetra en nosotros a través de carteles, la radio, el tráfico y demás fenómenos de la vida diaria, que somos inducidos a pensar que sólo existe él. Sin embargo, lo invisible es, en verdad, más excelso y posee más valor que todo lo visible. Una sola alma es, según la soberbia expresión de Pascal, más valiosa que el universo visible. Mas para percibirlo de forma vida es preciso convertirse, transformarse interiormente, vencer la ilusión de lo visible y hacerse sensible, afinar el oído y el espíritu para percibir lo invisible. Aceptar esta realidad es más importante que todo lo que, día tras día, se abalanza violentamente sobre nosotros. Metanoeite: dad una nueva dirección a vuestra mente, disponedla para percibir la presencia de Dios en el mundo, cambiad vuestro modo de pensar, considerar que Dios se hará presente en el mundo en vosotros y por vosotros. Ni siquiera Juan el Bautista se eximió del difícil acontecimiento de transformar su pensamiento, del deber de convertirse. ¡Cuán cierto es que éste es también el destino del sacerdote y de cada cristiano que anuncia a Cristo, al que conocemos y no conocemos!».

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