jueves, 8 de octubre de 2009

3. LA VIRGEN DEL "CONTENEDOR": UNA INVITACIÓN A LA ESPERANZA EN LA PARROQUIA DEL ROSARIO EN BURGOS



Desde mi llegada a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario para sustituir al recordado D. Gregorio Alameda –fallecido de forma inesperada- una de las experiencias más significativas ha sido encontrarme diariamente con la Virgen del Contenedor. ¿Qué tiene de particular esta Virgen además del curioso nombre? Me interpelan tanto la escultura en sí misma como su “historia reciente”.

De Virgen del Contenedor
Materialmente, no es otra cosa que una copia en escayola de una escultura en alabastro de la Virgen con el niño Jesús realizada por Miguel Ángel entre 1.501 y 1.504 y que se encuentra en la catedral de Brujas (Bélgica). Sin embargo, desde el principio llamó mi atención la profunda comunicación existente entre María y Jesús (madre e hijo) a pesar de no mirarse entre ellos. El rostro ensimismado de María (muy similar al de la Piedad del Vaticano) me transmite paz y serenidad más allá del dolor y el sufrimiento que anidan en su cabeza (“Este niño… será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón”, le había dicho el anciano Simeón [cf. Lc 2,34-35]). Por su parte, el rostro infantil de Jesús parece haberse visto afectado por el estado emotivo de la madre y también se muestra ido y con una sonrisa agridulce. ¿Por dónde se produce el “contagio” y el encuentro? ¡Por las manos! Con su mano izquierda Jesús parece abrazar y acariciar la pierna de su madre pero me resulta especialmente elocuente el estrecharse de la mano derecha de Jesús y la izquierda de María. ¿Quién sostiene a quien? ¿Es la madre quién sujeta suavemente al hijo o el hijo el que agarra a la madre? En el fondo, ¿no se sostienen mutuamente a través de las manos en esa comunión de amor y sufrimiento que se atisba en sus rostros?
¡Qué bien entiendo -al observar sin prisa estas manos- la potencialidad de los pequeños gestos para expresar encuentros profundos!
¡Qué sencillo me resulta comprender la profunda relación entre Jesús y María contemplando esta escultura! ¿Cómo puede existir una relación auténtica con María que no conduzca a Jesús? ¿Cómo es posible conocer de verdad a Jesús y no acabar necesitando conocer a su madre María?

De Virgen del Contenedor
El segundo aspecto que me interpela está en relación con los antecedentes más recientes de la imagen. Por lo que se lee en el libro de las Crónicas de la Parroquia la imagen fue rescatada de las inmediaciones de un contenedor (de ahí en nombre) donde la habían dejado para que la recogiese el camión de la basura. Una señora al verla desde su casa se sintió impulsada a bajar con sus hijos para “salvarla” metiéndola en una lonja. Después de preguntar a algunos sacerdotes sobre lo que se podía hacer con ella acabó “incorporándose” a la comunidad parroquial del Rosario (12 de enero de 2.007). Este “via crucis” de nuestra imagen me trae a la memoria otros “via crucis” que también existen a nuestro alrededor: cuando se quiere prescindir de personas que molestan o no sabemos qué hacer con ellas (marginados); cuando lo religioso (y particularmente lo católico) se considera como algo dañino para crecimiento del hombre y se busca su eliminación (laicismo)… Pero al igual que sucedió con nuestra Virgen del Contenedor no faltan personas que se esfuerzan por rescatar personas-basura de los distintos contenedores de la marginación o por “salvar” lo auténticamente religioso (y lo genuinamente católico) convencidas de que en Jesucristo lo humano llega a su plenitud.
¡Ojalá que nuestra comunidad parroquial de Nuestra Señora del Rosario haga creíble el mensaje de esperanza que se desprende de la imagen y de la historia reciente de la Virgen del Contenedor!

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